De todos y para todos (parte IV)

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Elandamiaje sobre el que la Municipalidad de Posadas debe construir un proyecto sólido dedesarrollo territorial se basa en cuatro patas fundamentales:

 

a) Retomar eldiálogo institucional con el Gobierno provincial, desde una posición de respetoy no de sumisión, para buscar proyectos comunes beneficiosos para ambos y –másespecíficamente- para sus respectivos gobernados, en pro de un desarrollointegral que a través de esfuerzos individuales es imposible alcanzar. Losgobiernos están por encima de los gobernantes de turno y por encima de unos yotros está la sociedad, cuyo desarrollo integral y sostenido debe ser la razónde ser de unos y otros, es decir, que si no tienden a ese fin común, no merecenser gobernantes. El diálogo es la mejor vía para los intereses comunes eincluso para los individuales y egoístas del gobernante: tal vez, por ejemplo,instalando al tope de la agenda pública a la participación ciudadana y eldiálogo institucional como principales ejes de la política local se produzca uncambio de actitud de los políticos más “inmovilistas”, aunque más no sea confines electoralistas.

 

b) Un rotundocambio de actitud respecto a los medios de comunicación, a los que se debedejar de considerar como un instrumento político-electoral de uso personal parareconocerlos como una herramienta de consumo masivo y -como tal- un agentefundamental de desarrollo local, por su amplia penetración en todas las capassociales. Habría que profundizar un diálogo constructivo, horizontal ybidireccional, no sólo para difundir con precisión los actos de gobierno y lainformación institucional necesaria para el ciudadano, sino también pararecibir permanentemente los mensajes de la ciudadanía y “medir” el humor socialde la comunidad local, respecto a sus necesidades, sus propuestas, susprioridades, etc. Además, hay que entender a los medios como agente activo dedesarrollo local, debido a las posibilidades que presenta por su ampliapenetración en todas las capas sociales. Así, se podría financiar (en lugar depagar inserciones publicitarias) espacios que generen una mayor participaciónciudadana, que instruyan y que capaciten a los distintos sectores comoeventuales futuros agentes de desarrollo local. Por ejemplo: “comprar” un tiempodeterminado en las emisoras radiales o televisivas o una cantidad de páginas endiarios y revistas locales para cedérselos gratuitamente a distintos sectoresnormalmente excluidos de los medios, que cada uno de ellos haga su programa osu “suplemento” con los temas que les interesen y con el enfoque que dicte elsentir popular en su ámbito, todo ello combinado con un programa decapacitación y educación (lo que remite a otro acuerdo paralelo con la Provincia, la Nación o institucionesprivadas) para que esos espacios tengan cada vez mayor calidad técnica, mayordifusión y, a largo plazo, sean autosustentables. Al mismo tiempo, habría quealcanzar un consenso con los distintos medios de comunicación (sin necesidad deque haya plata de por medio) sobre la importancia del enfoque del desarrolloterritorial, tanto para el ámbito donde se difunde como para cada uno de losactores y agentes que en él participan; la intención es que se vayanincorporando contenidos relativos al desarrollo a las programaciones de radio ytelevisión y a las páginas de diarios y revistas, para que la audiencia se vayafamiliarizando con los conceptos y poco a poco se vayan interesando enparticipar en un proceso de este tipo.

 

c) Fortalecer losvínculos con la Cámarade Comercio e Industria local, con otras cámaras empresarias como la de laconstrucción o las áreas vinculadas al turismo, en busca de proyectos comunesque involucren a todos en todas las fases de dichos planes, y no apoyando lasiniciativas particulares o buscando el apoyo de las instituciones a sus propiasiniciativas “verticales”. Tal vez resultaría útil crear una comisión mixtapermanente de trabajo institucional entre el sector público y el privado enáreas clave de la economía local, como son comercio y turismo, y profundizar elcamino iniciado en la construcción de un sistema horizontal de diagnóstico,planificación, organización y evaluación para sacar adelante proyectosconjuntos que cuenten con la participación de todos los segmentos en cada unode los tramos del proceso.

De especialimportancia resulta la intervención de entidades como la Cámara de Comercio eIndustria, las asociaciones y cámaras vinculadas al turismo tanto en el primerocomo en el último de los pasos mencionados (diagnóstico y evaluación), porque muchasveces el poder público no tiene en cuenta qué piensa el sector para el que ideauna medida ni qué resultados reales y efectivos tuvo ésta sobre sus supuestosbeneficiarios. Además, es fundamental que a la hora de definir accionesconcretas (sobre la base de una estrategia consensuada) se convoque a una“tormenta de ideas” (brainstorming) que fomente la mayor disparidad decriterios posibles y la mayor creatividad a través de la acumulación de“cabezas pensantes”, por más que después (en pro de la efectividad) ladefinición de las acciones a ejecutar se adopte en un comité más reducido yprofesionalizado.

 

d) Fortalecertambién los vínculos con las distintas iglesias con presencia en la comunidadlocal, para armonizar sinérgicamente sus estructuras (con amplia penetración einfluencia social, debido a su mayor credibilidad y trabajo “de base”) y lasestructuras “oficiales” (por lo general con mayores recursos técnicos yeconómicos). Poner en manos de las iglesias de distintos credos que tienen unaamplia inserción en distintos sectores de la comunidad local determinadasacciones tendientes al desarrollo local, fundamentalmente en sus facetassocial, de difusión y –sobre todo- de capacitación sería de gran ayuda. Lasiglesias cuentan con una credibilidad mayor que cualquier otra institución, loque favorece su penetración en sectores impermeables para el resto. Sacerdotes,pastores y otros líderes religiosos podrían ser excelentes agentes dedesarrollo en los ámbitos de sus respectivas parroquias, templos, etc. Además,hace mucho tiempo que la mayoría de los movimientos religiosos cuentan con unaamplia estructura debido al trabajo social “de base” que realizan en distintascomunidades, generalmente “a pulmón”. Si a ello se redireccionan los recursospúblicos normalmente dilapidados en duplicación de tareas o simpleproselitismo, se puede generar un círculo virtuoso de despegue social. Sólohace falta convencerse (y garantizar que efectivamente así se cumpla) de que -másallá de cada credo particular- todas las iglesias tienden a un mismo fin: elbien común, y que éste debe ser también el objetivo prioritario de un buengobierno. Es decir, que si todos van por el mismo camino, mejor y más rentableresulta hacerlo juntos, más allá de las diferencias personales, ideológicas ode creencias que pueda haber entre unos y otros.

 

Hoy,la restricción básica es la falta de participación ciudadana. Son muy pocos lossectores que actualmente cuentan con “voz” de forma significativa en Posadas.Más allá de los grupos vinculados al poder político de turno (y, en menormedida, los de oposición con “llegada” a canales de expresión como algunosmedios de difusión masiva) y de los sectores de mayor poder económico (como elmercantil y el turístico, por un lado, el industrial-agrario por otro y elrubro inmobiliario y de la construcción), la sociedad apenas tiene voz en losasuntos de la ciudad. Las clases altas se desligan de la cuestión territorialporque sus intereses dependen de ámbitos más amplios (regionales o nacionales),la clase media es poco participativa y apenas levanta su voz para criticar através de los medios de comunicación las pequeñas cosas que les molestan en suvida cotidiana, pero como una actitud reactiva y nunca constructiva oproactiva. Y las clases bajas (entre las que revista más de un 50% de lapoblación pobre y un 27% de la población total indigente) no tienen más accesoa ser escuchados que la movilización callejera (cortes de ruta, etc.) o –deforma limitada- a unos pocos medios más o menos independientes del poderpolítico. Además, está muy acostumbrada (por los sucesivos gobiernos basados enel clientelismo) al Estado paternalista con reminiscencias de despotismoilustrado, tan frecuente en las provincias periféricas. Este escollo severifica no sólo en las clases más humildes, que padecen esta exclusión junto aotras muchas, sino también en las medias y altas, que no visualizan el“beneficio” de aportar ideas y experiencias para el bien común sino que lointerpretan como el “costo” de “quemarse” con la “política”. A su vez, el poderpúblico se siente muy cómodo en este esquema donde el ciudadano sólo suma enprocesos electorales (que, a su vez, están parcialmente manipulados) y no“molesta” levantando su voz salvo de forma reactiva en circunstancias extremasque son fácilmente manejables por el propio gobierno a través de pequeñasdádivas o promesas. Este círculo vicioso será el más difícil de romper en buscade un desarrollo local participativo para Posadas, y es por eso que se dejapara el final a las clases medias y altas: potenciando a los excluidos, elresto (aunque más no sea por orgullo) querrá sumarse; de lo contrario,mantendrá su statu quo en el que tan cómodamente está instalado.

No obstante, hay liderazgosindividuales positivos que permiten vislumbrar un buen resultado para laspropuestas planteadas. Ya se mencionó el caso de muchos líderes religiosos dedistintos credos y su autoridad (la “auctoritas” en términos aristotélicos, enoposición a la “potestas” de los gobernantes) sobre los sectores donde seinsertan, y en consecuencia, su potencial como futuros agentes de desarrollo.Pero a ellos hay que sumarles también a importantes líderes barriales que, alfrente de sus respectivas comisiones vecinales, demostraron una gran capacidady creatividad para –a pequeña escala, y sin necesidad de “venderse” al poder deturno- generar desarrollo en sus zonas de influencia. Y a ciertos “agitadoresculturales” que, de forma autónoma y “a pulmón” gestaron formas alternativas dedesarrollo e inserción social a través de expresiones como el teatro o lamúsica. Todos ellos son potenciales agentes que hay que tener en cuenta a lahora de armar un proyecto de desarrollo serio, sustentable y verdaderamenteparticipativo, y sus “obras” (las estructuras que lograron construirprácticamente “de la nada”) deben considerarse caldos de cultivo propicios parainiciar ese proceso desde abajo.

Lamentablemente, esosesfuerzos individuales todavía no cristalizaron en equipos formales de trabajo:constituyen iniciativas dispersas que aún no cuentan con un apoyo decididodesde el poder político y que no son visualizadas como “útiles” (y mucho menoscomo necesarias) por el conjunto de la sociedad. Generar una estructura sólidaque abarque a esos emprendedores y emprendimientos, y una corriente de opiniónfavorable en el seno de la comunidad, son los dos desafíos prioritarios paradar el puntapié inicial a una verdadera política de desarrollo territorial,participativo, inclusivo y sostenible.