Posadas tiene dos “patas” sobre las que se asienta su economía: la Administración Pública (en ella están radicados no sólo el Gobierno municipal sino también el grueso de las reparticiones provinciales, y se centraliza la actividad judicial, la educativa, la sanitaria, etcétera, de forma que su fuente principal de trabajo es el empleo público) y el comercio, que es la esencia del desarrollo de Posadas desde sunacimiento, en torno al Puerto fluvial y su área adyacente (que luego setrasladó a lo que hoy es el microcentro) como epicentro de la vida económica ysocial de la ciudad. Acá no tenemos grandes aserraderos, industria pesada ni deningún otro tipo, más allá de algunos microemprendimientos como pequeñostalleres metalúrgicos o alguna fabriquita de muebles, sin mayor incidencia enla economía local, más la “promesa” que significa a mediano plazo el ParqueTecnológico en construcción. Tampoco fue nunca un epicentro turístico: a pesarde las posibilidades que se generan en este sector por la cercanía deatractivos internacionales como las Cataratas del Iguazú, los Saltos del Moconá(ambos a unos 300 kilómetros), las reducciones jesuíticas de San Ignacio yotras localidades cercanas (a 60 kilómetros) o incluso los correntinosEsteros del Iberá (a poco más de 200 kilómetros), éstos sólo sirvieron paraconvertir a Posadas en un lugar de paso y -a lo sumo- una noche de pernocte.Una vez más, el comercio es el que motoriza el movimiento turístico local, ysólo coyunturalmente, gracias a los “tours de compras” que realizan brasileñosy paraguayos de zonas limítrofes ante las ventajas comparativas (cambiarias ode calidad de productos) de este lado de la frontera.Al mismo tiempo, el predominio del sectorpúblico determina uno de los rasgos distintivos de la sociedad posadeña: elextremo sometimiento (o al menos, docilidad) respecto al poder político deturno. Y socialmente, además de la directa dependencia de los puestos detrabajo estatales (que abarcan aproximadamente el 60% de la población localocupada), se verifican grandes bolsones de pobreza e indigencia (que, según losúltimos datos, rondan el 53% y cerca del 30%, respectivamente) que seconvierten en caldo de cultivo para el clientelismo político a través de planessociales. Todo este conjunto de factores dan lugar a una sociedad sumisa, conpoca capacidad de iniciativa e incluso escaso interés (y menos aún, voluntad)por mejorar su situación o la del entorno territorial.
Sucintamente, el entramado de institucionesdeterminantes para el desarrollo de la ciudad son:
-La Cámara de Comercio e Industria dePosadas (CCIP), como principal motor económico de la ciudad, no sólo por lacirculación de efectivo sino como “financiador” prioritario del Estadomunicipal a través de los impuestos.
-El sector turístico, tanto la Secretaría provincial del área como lasinstituciones privadas como la Cámara de Turismo de Misiones (CaTuMi), la Asociación Misionerade Hoteles, Bares, Restaurantes y Afines (Amhbra) o la Asociación Misionerade Agentes de Viajes y Turismo (AMAVT), por las posibilidades reales que tienela ciudad de un crecimiento en este terreno.
-Todas las áreasdel Gobierno provincial que puedan tener una incidencia directa sobre laciudad: Dirección Provincial de Vialidad, Instituto Provincial de DesarrolloHabitacional (Iprodha), ministerios de Salud, de Educación y de BienestarSocial, etc.
-Una atenciónespecial merece la Entidad Binacional Yacyretá (EBY), con la que habría quearticular las obras complementarias (que no se están haciendo o se estánhaciendo mal) previas al llenado a cota 83 del embalse provocado por la represahidroeléctrica, que ya (aun a cota 80,5) modificó toda la fisonomía y buenaparte de la forma de vida de la ciudad.
-La Universidad Nacionalde Misiones (UNaM), institutos terciarios privados y sedes de otrasuniversidades del país en Posadas, como principales responsables de lacapacitación de la sociedad en las ramas de crecimiento que necesite la ciudad.
-El resto deestablecimientos educativos (primarios y secundarios), tanto públicos comoprivados, que tienen una mayor inserción en las comunidades más humildes ytambién una mayor influencia en etapas clave del desarrollo personal de losciudadanos.
-El entramado decomisiones barriales, vecinales, clubes, etc. que canalizan la participaciónciudadana a pequeña escala.
-Las distintasiglesias y credos (tanto católicas, como evangélicas e incluso orientales),cuya acción se extiende tanto cuantitativamente como en incidencia sobre lapoblación local, especialmente en los sectores de menores recursos: justamentedonde es más difícil llegar “de arriba hacia abajo”.
-Los medios decomunicación locales (tanto escritos como radiales y televisivos), que tienenun vínculo muy especial con la comunidad local tanto en el rol de mediadoresentre ésta y los distintos estamentos de gobierno como en cuanto a su insercióna través del diálogo directo que a veces los poderes públicos no tienen.
-Empresasprivadas prestatarias de servicios públicos esenciales como el agua (Samsa), laenergía eléctrica (Emsa), el teléfono (Telecom y Telefónica), el tratamiento dela basura (Aesa) o el transporte público de pasajeros.
-Colegio deArquitectos de Misiones, Centro de Constructores de la Provincia de Misiones ylos consejos profesionales de Ingeniería y Arquitectura, como entidades (quedeberían estar) abocadas al desarrollo urbanístico ordenado de la ciudad.
En general, comoreflejo de la propia sociedad en la que se insertan, se trata de instituciones(en el caso de las privadas, incluso las multinacionales de servicios) muytradicionales e “inmóviles”, con poca capacidad de innovación o incluso deacción, con mucho miedo a arriesgar y con una visión de “mejor me quedo comoestoy”: son entidades que pelean más por la supervivencia que por elcrecimiento. Por supuesto, las públicas tienen un componente político muyfuerte y responden específicamente al poder de turno y a un llamativo fin delucro. Incluso los medios de comunicación, que por su naturaleza deberían sermás dinámicos e innovadores, se quedan en una actividad muy pasiva de merainterlocución (en el caso de los independientes) y directamente de utilizaciónpartidaria (en el caso de los financiados por el Gobierno), sin aprovechar suinserción social de forma creativa para generar desarrollo.
Las excepcionesque se pueden mencionar, más allá de algunos barrios donde los vecinos sonemprendedores por cuenta propia (y en pocos casos con el aval del Estado), sonlas instituciones vinculadas a las distintas iglesias (incluida en algunoscasos, aunque en menor medida, la católica, sobre todo en el área educativa) yel incipiente “despertar” de las cámaras mercantiles y del sector turístico,que empiezan a buscar fórmulas de desarrollo, promoción y acercamiento a lacomunidad.
La interacciónentre la Municipalidady las instituciones locales constituye un fenómeno nuevo del último lustro,aproximadamente, y por ahora se verifica en la práctica en el proyecto relativamentecomún (pero impulsado “de arriba hacia abajo”) del Plan Estratégico Posadas(PEP) 2022. Como punto de partida, se comenzaron a producir encuentros ydiálogos con diversos sectores, como fundamentalmente el empresario y grupos devecinos afectados por determinadas acciones concretas que se pretende impulsar,aunque en su fase embrionaria sigue predominando el sector público.
Pesea estos avances, el Gobierno municipal –a imagen y semejanza del provincial-desarrolla en paralelo un tipo de gestión personalista y autocrática en la tomade decisiones: la comunicación es unidireccional de arriba hacia abajo (cuando,como y sobre lo que quiere el Ejecutivo) y la única vía que tienen ciudadanos einstituciones para expresar sus quejas, planteos y propuestas al municipio sonlos medios de comunicación. De ellos, no obstante, buena parte está tambiéninfluido por el Gobierno comunal, bien por manejo directo (el oficialismocuenta en la ciudad con varias emisoras radiales, dos de televisión abierta ydos diarios, además del multimedio estatatal) o bien por su inserciónpublicitaria, que -como suele suceder con los medios no autosustentables-implica una permanente presión sobre sus contenidos y enfoques. En este grupose puede encontrar a casi todas las radios locales, a otro diario de difusiónmasiva y a múltiples páginas web. En todos los casos, estos medios sonutilizados como simples vehículos de exaltación personal del intendente y/o delgobernador, de sus decisiones políticas (que, por otro lado, sólo en parte seconvierten en acciones) y no de comunicación institucional ni como instrumentopara el diálogo o para vincularse de forma activa con la ciudadanía y lasinstituciones locales. Es decir, se trata de una comunicación deforme yanómala, que no fomenta ni dirige el desarrollo sino que (contradiciendo algunade las líneas maestras de gestión, como el mencionado PEP 2022) lo obstaculizaal personalizarlo.
No obstante, cabecelebrar la apertura de este cauce de diálogo con una diversidad deinstituciones y agentes públicos y privados para involucrarlos en la toma dedecisiones importantes para la ciudad. Pero, como también se dijo ya, esteproceso se encuentra en fase embrionaria y por el momento pocas institucionesrespondieron por ahora al llamado: empresarios, comerciantes, sector turístico,muy pocos credos religiosos y algunas comisiones barriales o vecinalessimpatizantes del gobierno de turno, por lo que aún no se puede evaluar elproceso, más allá de la confirmación de las dificultades para involucrar a lamayoría de la ciudadanía en un proyecto común de ciudad.
