Corren malos tiempos para los medios impresos, asediados por el
avance del periodismo digital (y por las nuevas formas de vida, que nos
hacen más inquietos y menos interesados por la lectura) y jaqueados
todavía por los coletazos de una crisis financiera internacional que en
2009 amenazó con tumbar a buena parte de la prensa escrita. En el
mundo, los diarios se siguen achicando en costos, tamaño y personal, al
mismo ritmo que sus lectores decaen. Y sin embargo… ¡en Misiones se
venden más que antes!
Este fenómeno, carente a simple vista de explicación, no me lo
inventé una tarde de aburrimiento en el colectivo o en el bar, jugando
a ver cuánta gente llevaba el diario bajo el brazo: lo dice el
Instituto Verificador de Circulaciones (IVC), que –con todas sus
limitaciones- es el modo más fiable de conocer realmente las ventas de
los medios impresos en nuestro país.
Ansiosos por la llegada de los resultados de febrero –que serán los
que ratifiquen esta tendencia a contramano del mundo o la rectifiquen
con una vuelta a la normalidad-, las cifras de los tres meses
anteriores arroja insólitas lecturas. La leve caída de noviembre a
diciembre (en un final de año al que la sociedad misionera pudo llegar
a duras penas en lo económico) parece como el reflujo que antecede al
tsunami, reflejado en un impensado aumento de las ventas de ejemplares
de los dos principales diarios pagos de la provincia, justo en plena
“temporada baja” de difusión de información como son las vacaciones.
Primera Edición superó en enero su barrera “histórica” de los 12.000
ejemplares vendidos en promedio los domingos, cifra con la que venía
coqueteando desde hace rato pero que no había alcanzado más que en
ediciones sueltas por motivos muy concretos. Instalado en ese “récord”
en cuanto a permanencia, mira desde arriba cómo El Territorio (que supo
vender más de 20.000 ejemplares por domingo en la década del 90, pero
también caer por debajo de los 5.000 en épocas más recientes) también
trepó hasta acercarse a la barrera “psicológica” de los 10.000 ya en
diciembre y mantenerse prácticamente igual en enero.
En cuanto al promedio diario, el decano de la prensa misionera había
perdido de noviembre a diciembre un centenar de ejemplares vendidos,
pero los recuperó con creces en diciembre (200 más) hasta instalarse a
las puertas de los 5.000. Primera Edición, entretanto, saltó de 7.116
ejemplares en diciembre (170 menos que el mes anterior) a los 7.417 de
enero, es decir, 300 diarios más de un plumazo, en épocas de vacas
flacas.
Hay que reconocer que “ayudaron” las tragedias que se sucedieron una
tras otra (del terremoto de Haití al cruce del río Paraná que se cobró
casi una decena de vidas en Posadas, sin olvidar el impacto que tuvo la
agonía y muerte de Sandro)… y los movimientos de Cristina Kirchner con
el Banco Central. Pero otros eneros “negros” o con tanta o igual
polémica política (incluso en el orden provincial) no se vieron
acompañados por tal despliegue de lectores. ¿Será que los misioneros
anduvieron este inicio de año con mucho tiempo libre y poca plata para
hacer mucho más que leer diarios?
Claro que hay que tener en cuenta otro fenómeno transversal al que
nos ocupa: la caída sostenida del principal diario de difusión gratuita
en la provincia, Noticias de la Calle, que cuando apareció supuso un
severo castigo para los medios pagos (sobre todo para El Territorio)
pero que en sólo dos meses –entre noviembre de 2009 y enero de 2010-
perdió más del 12% de su circulación y apenas supera ya los 25.000
ejemplares en la calle.
A la espera todavía de los resultados en ventas de diarios misioneros
correspondientes a febrero, que el Instituto Verificador de Circulación
(IVC) viene demorando este mes de forma inexplicable, nos encontramos
con unos datos de enero que muestran una realidad coherente a nivel
nacional con lo que pasó en nuestra provincia. Es que Clarín y La
Nación comenzaron 2010 con un interesante aumento en sus ventas, de 3,7
puntos en relación a diciembre el primero (con un promedio de 344.945
ejemplares vendidos por día de lunes a domingo) y de 2,01 el segundo
(que por jornada está vendiendo un promedio de 150.956 ejemplares).
También hubo un leve aumento del 0,2% en la edición dominical de
Clarín, pero un retroceso del 3,01% en la de La Nación.
Además, el bisemanario Perfil logró un crecimiento del 2,8% los
domingos con respecto al mes anterior (52.122 ejemplares vendidos en
promedio) y del 6% los sábados, con una circulación promedio de 23.338
ejemplares.
Nótese que los mencionados son los tres matutinos más críticos con el
Gobierno de turno, lo que ilustra una discusión que se viene manejando
desde hace un tiempo en corrillos periodísticos y políticos: ¿quién
gana y quién pierde con la estrategia K de demonizar a los medios de
comunicación que no presentan la realidad tal y como ellos quieren
verla? El desgaste parece mayor en un sector que requiere del voto
mayoritario y masivo que en otro que -construyendo nichos de mercado-
siempre le alcanza con una minoría fiel para mantenerse. Y que, para
colmo, ahora hasta suma adeptos. Parece que ser opositor sigue siendo
una buena carta de presentación de un medio ante el público en general.
El famoso “Clarín miente” se ha convertido en un boomerang para el
kirchnerismo y no sabemos si es porque a la gente le gusta que le
mientan o porque a quien no creen es al Gobierno.
